En el año 1969, una joven llamada Susana Guidi Rojo comenzaba a dar sus primeros pasos en el Hospital Central de San Isidro como instrumentadora quirúrgica. Sin imaginarlo, a partir de allí, su vida iba a estar vinculada para siempre con este hospital. Tras 52 años, sigue dando todo por otras personas, movida por su vocación y pasión. Con un trabajo en silencio, supo ganarse el corazón de sus pacientes y pares por su excelencia médica y calidez humana.
Por su destacada labor en el ámbito de la salud y en los derechos sociales, en el Día Internacional de la Mujer, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, distinguió a la médica Susana Guidi Rojo como mujer ejemplar del Partido con el premio Zita Montes de Oca.
“No me lo esperaba, este reconocimiento es una caricia al alma. Me llena de felicidad”, expresa entre lágrimas Guidi Rojo. Y enseguida agrega: “Todo lo que hice y hago es mirando el día a día y no lo contabilizo. Siempre tuve la vocación de servicio con los que más lo necesitan”
Coraje, actitud, perseverancia y generosidad son los rasgos que destacan a la cirujana, que se transformó en una fuente de inspiración para las siguientes generaciones de médicos.
“Es un honor entregar esta mención a Susana como mujer destacada. Con una gran trayectoria al servicio de la salud de San Isidro, se ganó el respeto y el cariño de todos nosotros”, indica Posse.
En una primera instancia, Guidi Rojo estudió dos años de abogacía, pero al darse cuenta de que lo suyo era “estar cerca de las personas”, decidió dar un volantazo vocacional y se anotó en la carrera de instrumentadora quirúrgica. Luego, comienza su historia en el antiguo Hospital Central de San Isidro. Se recibe como médica y ya en el nuevo hospital fue designada como jefa de quirófano.
Al mismo tiempo que salvaba vidas y pasaba muchas horas de sus exigentes días en un quirófano operando, su carrera seguía creciendo al punto de convertirse en la jefa de cirugía. Después fue ascendida a subdirectora, y finalmente nombrada como directora del Hospital Central. Tras ocho años en ese cargo, hoy se desempeña como asesora de la Dirección.
“Desde el primer día que la conocí no solo me impactó su excelente formación como médica, sino que sobre todo sus cualidades humanas. Ella transmite tranquilidad y confianza cuando habla. Este reconocimiento es más que merecido porque es una persona que honra su profesión”, sostiene María Rosa Minuzzi, secretaria de Legal y Técnica del municipio, que participó de la premiación.
El premio Zita Montes de Oca fue instituido en 2002, para reconocer a todas aquellas personas que, a través de su conducta desinteresada hubieran llevado a cabo actos aislados o prácticas continuadas, en defensa de los derechos de la mujer, o acciones que revistan carácter ejemplarizador para el conjunto de la comunidad.