Con un gran picnic, Martínez festejó su 41º aniversario

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El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, ayer participó de la celebración por el aniversario de Martínez que tuvo un súper picnic, música, puestos con la gastronomía local, talleres y juegos para chicos en la plaza 9 de Julio.

“Me hace feliz compartir este momento de celebración con los vecinos. Los talleres con los chicos están fantásticos, los vecinos y las entidades intermedias participando, y esta plaza de 111 años, que reinauguramos hace 11 años, y que es el corazón de una ciudad que es ejemplo de todo lo bueno que puede ofrecer un lugar”, sostuvo Posse, luego de recorrer el emblemático paseo y de dialogar con los vecinos.

La fiesta tuvo su apertura a las 13:00, con un concierto lírico-rock de la artista local Marcela Aibé, luego siguió el Ajedrez viviente animado por los alumnos de la Escuela Municipal de Ajedrez, coordinada por el Maestro Internacional Rodolfo Garbarino. En paralelo, los vecinos disfrutaban de las exquisitas comidas de la feria gastronómica con restaurantes tradicionales de la localidad.

Más tarde llegó el turno de los talleres con variadas opciones entretenidas y didácticas para que los más pequeños se diviertan creando.

La secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro, Eleonora Jaureguiberry contó que fue la primera de las fiestas de las localidades que organizó y que fue tomada como modelo para el resto. “Comemos lo que nos ofrecen los restaurantes de Martínez, hacemos los talleres de las Casas de Cultura de Martínez y de las organizaciones de esta ciudad, y al escenario suben artistas de Martínez. Una fiesta en la que Martínez se celebra así misma”, explicó la funcionaria.

Promediando la tarde, el profesor de salsa Wilson hizo bailar sin parar a todos con alegres ritmos caribeños.

La Gringa, local y con canciones folclóricas bajo tonos de rock y pop, comenzó a cerrar una fiesta que bajó su telón con Martínez Junkies, con dos discos de estudio y tres EP editados en Alemania y México.

En 1981, Martínez fue declarada Ciudad por su gran industrialización y la densidad de población. El nombre de esta localidad recuerda al vecino Ladislao Martínez, propietario de las tierras que en 1864 vendió a la empresa Ferrocarril del Norte de Buenos Aires para la instalación de la estación de trenes de pasajeros que fue inaugurada el 18 de noviembre de 1871 y aún sigue en funcionamiento.