Una tortuga cabezona de 50 kilos regresó al mar después de quedar atrapada en una red de pesca artesanal

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La rescataron dos pescadores artesanales que la encontraron atrapada en sus redes de pesca en aguas de la Bahía Samborombón. El animal fue llevado a la Fundación Mundo Marino para corroborar su estado de salud. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), su estado de conservación es “vulnerable”.

Una tortuga cabezona (Caretta caretta) regresó al mar durante la mañana de este miércoles 30 de agosto en las playas de San Clemente luego de permanecer poco más de un mes en observación en el Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino. Roberto Ubieta y su hijo, Pablo, ​ se encontraban embarcados cuando detectaron que el reptil marino había quedado atrapado en sus redes el pasado 22 de julio. Sorprendidos por el hecho de que no es común encontrar tortugas marinas activas en los meses de invierno, dieron aviso a la Fundación Mundo Marino que los esperó y recibió en el puerto de San Clemente, para ​ trasladar al animal al ​ Centro de Rescate.

En un primer análisis de su condición se pudo constatar que se trataba de una tortuga adulta de aproximadamente 50 kilos. “Al animal se lo veía bien, pero se procedió a hacer un ​ análisis de sangre para determinar su estado general de salud que resultó ser positivo. Como son animales con respiración pulmonar, las observamos un tiempo para corroborar que no hayan sido afectadas por el síndrome de descompresión, ​ el cual podría generarles una embolia pulmonar por los cambios bruscos en la presión del agua. Por suerte, no fue este el caso”, explicó Vanesa Traverso, bióloga de la Fundación Mundo Marino. Además, como parte del proceso de rehabilitación se mantuvo a la tortuga en una pileta con calentadores para darle confort.

Por otra parte, Traverso agregó: “La mayoría de las tortugas, especialmente la especie conocida como “verde” (Chelonia mydas), expulsan plástico mientras las tenemos en observación en nuestro centro de rescate. Es una problemática que afecta en menor medida a las especies cabezona y laúd, que también hemos atendido en nuestro centro. Por eso es importante el tiempo de observación. En el caso de esta tortuga cabezona, afortunadamente, no eliminó ningún elemento extraño compatible con basura marina”.

Finalmente, con la llegada de días con temperaturas más aptas, al estar bien de peso, sin lastimaduras o lesiones y con buenos parámetros en los estudios de sangre, la tortuga pudo retornar a su hábitat durante el día de ayer. “Hace varios años que venimos trabajando con la comunidad de pescadores artesanales para generar conciencia sobre cómo colaborar en la conservación de estos reptiles marinos, muchos de ellos en diversos estados de vulnerabilidad, según la especie. En ese sentido, les explicamos cómo darles los primeros auxilios cuando se enmallan en sus redes”, explicó Karina Álvarez, bióloga y responsable de Conservación de la Fundación Mundo Marino.

Acerca de la tortuga Cabezona

La tortuga cabezona es una especie que, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se encuentra “vulnerable”. Respecto a su origen, gran parte de las tortugas que llegan a nuestras latitudes provienen de las playas que se encuentran en el nordeste de Brasil. Al igual que el resto de las especies de tortugas marinas, las hembras vuelven a desovar a la misma playa de anidación en la cual nacieron. El apareamiento ​ ocurre en el agua cerca de las playas de anidación y se produce cada 3 años. Se diferencia de las otras especies por tener 5 escudos costales en su caparazón y tener un pico ancho y robusto. Respecto a su dieta es una especie eminentemente carnívora que se alimenta de almejas, ostras, cangrejos, esponjas, medusas, y distintos tipos de peces.