En el kirchnerismo ya analizan como jugaría el voto de izquierda en un ballotage

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En el comando electoral del kirchnerismo ya imaginan un ballotage entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri, y analizan las posibilidades de empezar a apuntar a los votos que podría sumar la ex presidenta en esa instancia. En ese contexto, miran con atención cómo podría jugar la izquierda en una eventual segunda vuelta.

En el entorno de la senadora creen que el papel de la izquierda podría ser determinante en un ballotage muy parejo, independientemente del número final que obtengan en octubre. En ese sentido, hay quienes ven creciendo al Frente de Izquierda, aunque otras fuentes creen que podría tener un retroceso respecto a la legislativa de 2017.

La variable de la izquierda empezó a mirarse con atención en el kirchnerismo, donde creen que ese podría ser un terreno donde buscar votos para una segunda vuelta. Incluso antes que en el espacio progresista que podrían integrar Margarita Stolbizer, Miguel Lifschitz y Ricardo Alfonsín, que hoy aparece por detrás del FIT.

Algunos encuestadores ubican a la izquierda con entre 5 o 6 puntos, mientras que otros los ven más cerca de los 3 puntos que obtuvieron en 2015. Pero en cualquier caso podrían ser votos importantes, por lo que la gran pregunta es si entre esos votantes prevalecerá el antikirchnerismo o el antimacrismo (más allá de que se descuenta que a nivel partidario repetirían el llamado a votar en blanco del 2015).

Al respecto, Pablo Romá de Circuitos Consultora sostiene que según sus mediciones el FIT tiene un espacio de representación de entre el 5 o 6 por ciento, que podría aumentar si surge alguna otra opción de izquierda. El último trabajo de la encuestadora le da a Nicolas del Caño una intención de voto de 5,1% en la provincia de Buenos Aires.

“Sería aventurado analizar cómo sería el comportamiento de la base electoral del FIT en un ballotage”, afirma Romá a LPO. El analista explica que será clave en ese sentido determinar cómo juega la crisis económica en el votante del FIT y si aparece el voto útil. “El peso que tiene la crisis en la base social de la izquierda es muy fuerte”, arriesga.

“La consigna del voto en blanco de 2015 está puesta en cuestionamiento. No tiene el peso que tuvo en ese momento, cuando los dos candidatos representaban claramente los mismos intereses. Ahora, está el factor de la economía real y la crisis. Si comparás hacia atrás, la situación es más complicada para esos sectores”, completa Romá.