Ahora, todas las miradas se posan sobre el juez que liberó al asesino de Abril

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El asesinato de Abril Bogado durante una entradera que se perpetró contra su familia el último fin de semana tiene a la ciudad de La Plata conmocionada. Ayer se produjeron las detenciones de dos de los presuntos responsables y las miradas se dirigieron automáticamente hacia el juez de ejecución penal José Villafañe.

Ayer, los vecinos de Ringuelet, el barrio donde vivía Abril, se manifestaron pacíficamente. En sus reclamos pidieron una comisaría para la localidad, pero no se olvidaron del rol de la Justicia.

¿Por qué? Porque el magistrado le concedió a José “Pepito” Echegaray el beneficio de la libertad asistida, con el que volvió a las calles un año antes de haber cumplido una condena de 5 años y 8 meses que se le dictó en 2015 por tentativa de robo, sólo uno de los múltiples antecedentes que tiene.

Además de juez, Villafañe dicta clases en la facultad de Derecho de la UNLP y se le atribuye una adhesión a la doctrina “garantista”. Tiene pedidos de juicio político que no prosperaron. No se descarta que vuelva a enfrentar pedidos de desafuero.

La decisión del Magistrado no sólo es polémica en abstracto. Al tomarla, ignoró informes del Servicio Penitenciario en el que se sugería que permaneciera recluido hasta el final de su condena, habida cuenta de que registraba sanciones disciplinarias y recién en el último año había aceptado cursar el colegio secundario, aunque no realizaba tareas laborales.

“Este Departamento Técnico Criminológico estima la inconveniencia de incluir al interno Echegaray Biel, José Edgardo en el beneficio de libertad asistida”, indica la conclusión del documento, donde se lee además una recomendación para “proseguir con su evaluación” dentro del régimen de reclusión.

El otro de los detenidos, un menor de edad de nombre Francisco, también tiene un fondoso prontuario. En 2016 fue detenido mientras circulaba en una moto robada con un revolver calibre 22. En enero de 2017 se lo aprehende tras asaltar un domicilio en la zona norte de la ciudad. Hace apenas dos meses se lo detuvo tras una fallida entradera en Gonnet: nuevamente iba armado.

Ayer, los vecinos de Ringuelet, el barrio donde vivía Abril, se manifestaron pacíficamente. En sus reclamos pidieron una comisaría para la localidad, pero no se olvidaron del rol de la Justicia.