Lamentablemente es un recurso finito por el tiempo de montaje de las cabinas, y el nivel de propagación del Coronavirus. La realidad es que empresas, y entes gubernamentales están incorporándolas en sus zonas de ingresos a pasos agigantados.
Una familia argentina que desde hace 135 años construye en el país cajas fuertes y cerraduras biométricas para cuidar los ahorros y pertenencias de las personas, ahora emprendió el compromiso de cuidar la salud de millones de personas con las nuevas cabinas sanitizantes contra el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la pandemia más grande que ha visto el mundo en los últimos años.
El empresario Lisandro Borges -dueño de Empresa Borges1885- es el ideólogo y promotor de un innovador dispositivo sanitario que ayuda a proteger contra el contagioso virus que genera la enfermedad COVID-19, que ya causó más de 2,1 millones de enfermos y casi 150.000 muertes, según el Instituto Johns Hopkins de Baltimore, EEUU.
Vistas primero en China, lugar donde comenzó el brote epidémico, las cabinas sanitizantes ya se encuentran operando en decenas de países de todo el mundo. Se las observó en Taiwán, Singapur, Japón y Corea del Sur. Luego aparecieron funcionando en Alemania, Francia, España, Reino Unido e Italia, entre otros países europeos. Y finalmente, desde hace pocos días entraron en acción en EEUU, México, Chile, Colombia y Brasil.
Ante el avance de la pandemia, Borges se inspiró en las soluciones que adoptaron otros países e ideó una cabina que pudiese ser instalada en los ingresos a las oficinas y otros ambientes de circulación masiva de personas. “Con el objetivo de buscar herramientas que complementen la bioseguridad que en estos tiempos deben tener las personas, como el lavado frecuente de manos, el uso de barbijos y el distanciamiento social, ideamos estas cabinas sanitizantes para, en definitiva, brindar más seguridad a las gente”, explicó el emprendedor a Infobae.
Ese gen empresario sumado a la tradición de la “seguridad” como emblema familiar, y la asociación con las empresas tecnológicas JI y G7, combinó la voluntad y ganas de sumar un dispositivo que está siendo muy requerido por varios gobiernos que buscan reactivar sus economías y por empresas privadas que buscan garantizar la salud de sus trabajadores.
“Mi bisabuelo y abuelo construían cajas de seguridad. Mi papá hizo los autos blindados que utilizaban Cámpora y Perón. Tenemos una tradición familiar que respalda el uso de este dispositivo sanitario”, agregó Borges, que recordó que a través de cuatro generaciones la marca realizó obras de seguridad para las principales entidades bancarias, instituciones públicas y empresas privadas del país.
“La cabina tiene dos tubos de rayos UV germicidas con un alto poder desinfectante. La combinación del alcohol en gel que la persona se pone en las manos antes de entrar, los tubos UV y los rociadores de ácido hipocloroso al 0.05 %, generan una efectividad muy alta para eliminar el SARS-CoV-2. Luego de pasar por esta cabina, la persona está libre de patógenos por hasta 10 horas”, explicó el emprendedor, que ya tiene pedidos de compra en varios países de la región. La compañía entrega las máquinas en comodato y brinda el servicio técnico para su correcta utilización además de la recarga del producto. De esa manera, se garantiza el correcto funcionamiento del producto, según las normas de seguridad alcanzadas.