A pesar de las graves denuncias que el intendente Ramón Lanús realizó en la apertura de sesiones del Concejo Deliberante contra la gestión de Gustavo Posse, el oficialismo optó por aprobar la Rendición de Cuentas del último año de gestión del possismo.
En la sesión realizada este jueves, el oficialismo de San Isidro dio su visto bueno a la Rendición de Cuentas del ejercicio 2023, último año gestionado por Gustavo Posse, a pesar de las críticas que el actual jefe comunal Ramón Lanús había realizado a principio de año a la herencia recibida. Es que entre Lanús y Posse hay un acuerdo de gobernabilidad, dado el buen número de ediles que tiene el possismo, para garantizar que la oposición no bloquee iniciativas del Ejecutivo.
María Feldtman de LLA disparó: “Las cuentas cierran pero los vecinos que cada vez pagamos más no nos cierran”, y rechazó la Rendición de cuentas. La postura no fue compartida por todo su bloque, ya que solo la acompañó Débora Ruiz Zeballos, mientras que su compañero de bancada Alfredo Montes optó por la abstención.
El concejal del FR Federico Meca criticó por su parte el acompañamiento del oficialismo a pesar de las denuncias públicas: “Quien se abstenga o vote a favor, va a ser cómplice de todo esto”.
Al tiempo que el oficialista Guido Alvarado justificó su voto a favor en que “la gestión entrante y la saliente somos del mismo signo político, competimos dentro del mismo signo político”.
Finalmente, el possista Walter Pérez desmintió con números las afirmaciones del actual intendente sobre una herencia comprometida a nivel fiscal, asegurando que “se dejaron las cuentas en orden y los insumos necesarios para la nueva gestión”.
La Rendición de Cuentas se aprobó con 11 votos positivos (8 del possismo, 2 PRO y Alvarado), 8 votos negativos (6 peronismo y 2 de LLA), y 5 abstenciones (4 Convocación y 1 de LLA).