Fabián Gerardo Tablado (46), el femicida que en 1996 mató de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló, negó hoy que haya existido un episodio de violencia de género con su expareja en la localidad cordobesa de Bell Ville y dijo que no es una persona peligrosa aunque le cuesta readaptarse en la sociedad.
“No hubo ningún hecho de violencia. Algunos vecinos del barrio escucharon una discusión, que fue un intercambio de palabras, e inmediatamente llamaron a la policía”, dijo Tablado al canal 12 de Córdoba sobre el episodio sucedido en esa provincia el viernes de la semana pasada, que derivó en que fuera excluido del hogar en el que residía con la mujer.
El femicida vivía allí desde diciembre de 2021, cuando luego de cumplir un año de condena por violar restricciones perimetrales contra Edgardo Aló, padre de Carolina, y sus dos hijas, se mudó a la casa de una nueva novia en la localidad cordobesa de Bell Ville.
Tras la denuncia de los vecinos y la exclusión de hogar, el femicida fue alojado en un hotel.
“Mi expareja ya expresó que nunca hubo un episodio de violencia”, afirmó Tablado, quien además destacó que tiene una “relación excelente” con ella y sus padres, a pesar de que ya habían terminado el vínculo amoroso.
En ese sentido, sostuvo que estaba “conviviendo en armonía” con su expareja y que, cuando ocurrió la denuncia de los vecinos, estaba por viajar a su nuevo domicilio en el partido de La Costa.
“No soy una persona peligrosa. Lo que sucedió en 1996 fue un hecho lamentable e irrepetible. Estoy profundamente arrepentido”, dijo al referirse al femicidio de Aló.
No obstante, Tablado admitió que le cuesta “muchísimo” readaptarse a la sociedad por “el rechazo y la discriminación” que siente.
Por la denuncia en Bell Vill, intervino inicialmente la Fiscalía de 1ra. Nominación a cargo de Nicolás Gambini, aunque luego las actuaciones fueron derivadas la jueza Noelia Azcona, del Juzgado de Niñez, Juventud, Violencia Familia y de Género de la ciudad de ese distrito, quien dispuso la restricción de acercamiento de Tablado a la expareja, a quien le asignó una custodia policial en el domicilio.
Fuentes judiciales explicaron que la jueza citará en los próximos días a la joven para volver a preguntarle por lo sucedido y para saber si va a instar o no la acción penal, ya que, al tratarse de un delito de instancia privada, si la presunta víctima no denuncia, no puede impulsarse la causa.
Otros voceros judiciales confirmaron que hace dos semanas Tablado había pedido ante el Juzgado de Familia 5 de Tigre permiso para cambiar de domicilio y mudarse a partir del 13 de agosto a una vivienda de su familia ubicada en la localidad de San Clemente del Tuyú, en el partido de La Costa.
“En esa localidad, con la ayuda de mis padres, podré desarrollarme y reinsertarme socialmente con expectativas laborales, ya que con la colocación de la pulsera electrónica que aún llevo colocada, se hace difícil mi independencia económica y reinserción laboral”, dijo Tablado en su petición al Juzgado de Tigre.
A pesar de que Tablado ya cumplió todas sus condenas en causas penales, el Juzgado de Familia 5 de Tigre lo monitorea con tobillera electrónica para que cumpla la prohibición de acercamiento al padre de Carolina Aló, por lo que se consultó al Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), a cargo del control de los dispositivos de monitoreo, si en caso de efectivizarse el cambio de domicilio a San Clemente, resulta factible la aplicación de los protocolos.
El 15 de diciembre pasado, Tablado recuperó su libertad al salir de la Unidad 46 del Complejo Penitenciario San Martín, tras cumplir un año de prisión efectiva luego de ser condenado en un juicio por dos hechos de “desobediencia” de esa perimetral y de una impuesta hacia sus hijas mellizas en 2020.
Cuando tenía 20 años, Tablado fue protagonista de uno de los casos policiales más resonantes de la historia criminal argentina cuando el 27 de mayo de 1996 asesinó de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló (17), en su casa de la calle Albarellos 348 de Tigre.
En 1998 fue condenado por la justicia de San Isidro a 24 años de prisión por “homicidio simple” y evitó la perpetua, y en 2013, sumó la segunda condena por amenazar a su exmujer -con quien se casó en la cárcel-, y su exsuegra, y se le unificó una pena única de 26 años y seis meses que debía agotarse a fines de 2022.
Por el beneficio de la derogada Ley del “2×1” y los cursos que hizo en prisión como “estímulo educativo”, el cómputo de la condena se le redujo y la pena se le dio por concluida el 28 de febrero de 2020, cuando abandonó la Unidad 21 de Campana y se fue a vivir a la misma casa de Tigre donde cometió el femicidio, tras lo cual violó las perimetrales que lo llevaron un año más a prisión.
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