“Estamos haciendo un gran esfuerzo por convocar a donantes voluntarios, intentar llegar a través de charlas, acercándonos a las personas para contarles de qué se trata la donación, la cual lleva entre cinco y diez minutos, que tienen que tener entre 16 y 65 años y que no conlleva ningún riesgo. Sólo tienen que sentirse sanos y no tener ninguna conducta de riesgo”, explica Gabriela Laruffa, jefa del área de Hemoterapia.
De este modo, sólo con presentar el DNI, estar dentro de dicho rango etario y tener buen estado de salud, la persona podrá acercarse y hacer la donación.
A su vez, la doctora se refirió al trabajo de concientización diario, que “se percibe al ver que más gente se acerca. Apuntamos a tener un mayor número, porque los donantes voluntarios aseguran una unidad más de sangre disponible, más allá de los donantes de reposición, aquellos que tienen familiares, vecinos o conocidos que están internados y necesitan de su ayuda”.