Gabriel Cáceres, el hombre que aparentemente asesinó a su esposa y su hijo de 7 años y luego se suicidó en la localidad bonaerense de Florida, ya había sido denunciado por maltrato y violencia por una hijastra adolescente que era hija de su mujer pero no de él, el año pasado en una causa que no prosperó penalmente, informaron fuentes judiciales y policiales.
La denuncia fue radicada en una comisaría de Vicente López el 10 de enero del año pasado por una adolescente de 17 años -ahora tiene 18-, que es hija de la mujer asesinada hoy, María Daniela Carco (45), pero no del presunto homicida Cáceres (45), y que convivía con ellos y su hermano en otro domicilio de Vicente López distinto a donde hoy se produjo el doble crimen y suicidio.
La chica contó en la comisaría que hacía siete años padecía maltratos por parte de su padrastro y que cuando ella tenía 14 fue la primera vez que la golpeó por verse con un amigo.
Respecto a lo sucedió el día de la denuncia, relató que su padrastro la llamó para que regresara a la casa porque había salido sin permiso y cuando se estaba bañando, Cáceres entró al baño y le dijo que tenía “20 minutos para bajar y estar en el salón seca y con una sonrisa” para “arreglar las cosas” o que si no se vaya de la casa.
La adolescente contó que preparó una mochila y cuando estaba saliendo de la vivienda, Cáceres la tomó de los cabellos, la metió en la casa y le dijo “vos no te vas a ningún lado, tenés que empezar a comportarte”.
Contó que le sacó la mochila, le rompió la ropa que llevaba y cuando ella insultó a su madre y a su hermanito, su padrastro la golpeó en la cabeza con la mano abierta y la arrastró hacia un patio.
La situación hizo que llegara la Policía a la propiedad y así fue como la chica hizo la denuncia.
Fuentes judiciales indicaron que la causa no avanzó penalmente porque no se constataron lesiones en la víctima, pero que sí se impulsó una intervención asistencial con actuación de organismos de protección de la niñez y asistencia a la víctima, que derivaron en una “medida de abrigo” que consistió en que la adolescente se fuera a vivir con un tío, hermano de su madre.
“Había un claro conflicto de convivencia entre la adolescente, su madre y el padrastro, con algunas cuestiones privadas de la chica que no se revelan por resguardo, pero esa situación no dio pautas de alarma para lo que se descubrió hoy en la casa de la familia. La chica no hizo referencia a que hubiera violencia hacia su madre y su hermanito. Solo su conflicto”, dijo una fuente judicial vinculada a esa denuncia.