“El mosquito, de un verano a otro, se transmite en forma de huevo. Los huevos que quedan en los recipientes, cuya agua quedó de mayo o junio, hacen eclosión en octubre noviembre o diciembre, según las condiciones climáticas”, indicó Fabio Gribaudo, miembro de la Dirección de Política y Control Ambiental de la Secretaría de Fiscalización y Control.
Y planteó que, “entonces, si nosotros logramos destruir o inutilizar muchos de esos recipientes, combatimos muy fuerte a la población inicial de mosquitos del verano que viene. Si tenemos menos densidad de mosquitos, vamos a tener menos probabilidad de que nos transmitan enfermedades”.
Por otra parte, añadió que el trabajo de prevención se lleva adelante como una tarea conjunta entre las áreas de Fiscalización y Control, Salud y Desarrollo Humano, y Obras y Servicios Públicos. “La prevención en el municipio –agregó– se hace durante todo el año, con distintas actividades de acuerdo a la época. Y en algunos casos en que aparece alguna persona con síntomas, también se hace control”.